Supermateriales de siempre
Aunque parece que los materiales milagrosos con propiedades casi mágicas e increíbles son nuevos, ya en la antigüedad había materiales con propiedades increíbles, algunos de ellos incluso se ha perdido su composición y todavía buscamos como recrearlos. En esta entrada voy a hablar sobre 3 de ellos.
Búcaro
También conocido como botijo tiene la capacidad de enfriar líquidos mediante un mecanismo muy sencillo. Aunque técnicamente, el búcaro es un recipiente, ya que el material del que está hecho es arcilla. El mecanismo del botijo es muy sencillo. El agua introducida dentro del recipiente tiene cierta temperatura, lo que se traduce en que tiene energía. Gracias a esa energía algunas de las moléculas de agua de la superficie saltan al aire, convirtiéndose en vapor de agua. Aquí entra en función el botijo. El botijo tiene una usperficie porosa, que se consigue cociendo la arcilla a cierta temperatura. Los poros del búcaro permiten que el vapor escape del botijo. El último ingrediente para que el búcaro funcione correctamente es una corriente de aire seco, capaz de distribuir el vapor de agua alrededor del recipiente. Así el búcaro consigue enfriar los líquidos que se introducen dentro.
Hormigón romano
El hormigón tradicional es usado constantemente, pero si se encuentra en contacto con agua del mar puede deteriorarse con el tiempo. Sin embargo el hormigón romano aguanta el contacto con el agua del mar. Hasta hace poco no se sabía como lo conseguía, pero finalmente se dio con la clave. El hormigón romano estaba formado por cemento puzolánico, que contenía pozzolanas ("arenas de pozo"), es decir, ceniza volcánica. Se ha descubierto que el agua de mar al penetrar en el hormigón, reaccionaba con la phillipsita, que se encuentra en la ceniza volcánica, y forma cristales de tobermorita aluminosos, que ayudaban a aumentar la resistencia del hormigón.
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